SUBYUGACIÓN
Él me subyuga
con la marea apoteósica de su voz...
Baja a mis lagunas
a encender delirios incesantes,
y me enhebra a su terciopelo
con la luz de todas las sombras.
Florece en racimos de suspiros
en mi huerto sin amanecer,
y endulza la copa de mi angustia
con el néctar de sus besos.
Tiene el perfil de todas las bellezas,
en su mirada vampira,
y el perfume de los misterios,
en su cuerpo de estatua.
Basta un ráfaga de su música,
y se abren las alas de mi luna
que como abanicos de plata
airean al viento,
mi amorosa subyugación.
Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇸