LA ENVIDIA
En cascada de rosas
muere la sinfonía del viento;
Puzzle del corazón
que ha unido delicadamente
las piezas del ser.
Cual sangre otoñal
va cayendo desalentada,
mientras un golpe de polvo
la catapulta al infierno...
Desnuda la flor,
desnudo el poema..
Le crecen en años las lenguas rencorosas;
Veneno, veneno...
La envidia tiene el color de la noche;
Monstruosidad de una sola cara
censura el beso del angel
en su aparente pulcritud.
Hay una peonza dandos tumbos
de aquí al silencio final,
por una garganta rota
en su eco más florido.
La envidia tiene el color de la noche;
En oblicua nitidez
le cala hasta la conciencia,
el despecho de los buitres,
la ingratitud de los necios.
Era la sonata de cristal,
el miserable pudor de los nocturnos rosales...
Su canto de luna solfeado,
en miserable amanecer,
sigue teniendo el halo de una estrella.
Era el regalo de las hadas,
en su broche virginal,
más el veneno de un espíritu
ha oxidado tanto amor.
¡Oh, sí!
Veneno, veneno;
La envidia tiene el color de la noche...
Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇦