TULES MISTERIOSOS
Encajes de melancolía
anochecen su intimidad;
Tiembla cual nube llorosa
al precipitarse el olvido...
Tiene el canesú cuajado de lágrimas;
Las letras perfumadas,
herencia de los viejos sueños.
Nunca escucha el ritmo de la lluvia;
Su amor es puro arrebato.
Se embriaga de camelias y espejismos
hasta erizarte el espíritu...
Imprudente, derrama suspiros
en las lagunas otoñales del arte.
Tiene de las perlas su esplendor
más enamorado.
Abruma a los ruiseñores del verso
con su delicadeza nocturna.
Deja tules misteriosos por donde quiera que va.
En su diálogo inteligible al dolor transparenta,
y compone arpegios para las cuerdas
rotas del alma.
Elucubra la exuberancia lírica;
Es la inconstancia de quien la desea,
el poso de los dulces vinos
Musa suspirada de rocío virginales,
que desorienta la arcaica estrofa,
ha descendido a tus inviernos
para apresarte el corazón.
Yolanda García Vázquez
España
D@R