viernes, 14 de diciembre de 2018

ACERTIJO




ACERTIJO 

En el anochecer del siglo 
las hadas dejaban un reguero de melancolía,
mientras un sueño de oro 
purificaba la sangre de las cosas.

Vi a la luna emular 
la eternidad de los espejos,
como si de un acertijo se tratara;
Caían las horas heridas de muerte...

Yo quería tocar la poesía del mundo 
en letras de instantes;
A ver si podía conjugarme a cualquier luz,
pero me quedé colgada en un adverbio de ausencia.

Invoqué la misteriosa belleza del arte 
al deceso del sol,
y sólo obtuve las migajas de un verso,
tan mediocre como infantil.

Me arremangé las largas angustias,
y los bajos del alma en duelo poético,
y suspiré por encima de los años,
todos los ayeres del amor.

Había tal mezcla de sombras 
que incluso la copa nocturna
me derramó toda su esencia. 
Empapada quedó la seda del olvido 
en su lacrimosa vocal.

Pero yo quería vislumbrar la cima de lo absurdo, 
para romper de una vez 
con esa lacra de  poetas suicidas,
y orgía de dogmas.

Atisbé entre tanta bruma,
un paraninfo de estrellas, 
y caí vencida cual mariposa imprudente
entre los capullos del tiempo.

Me pilló desprevenida la vida en aquella muerte;
Y en un vuelco de lucidez,
aprendí que la soledad es el legado
a los corazones grandes.

Yolanda García Vázquez 
D@R 🇪🇦

LA FÁBULA DEL FUEGO






 



(Poema Ganador del Concurso de Poesía del grupo de Facebook : Alma de Poeta. 2018. Primer puesto y diploma de honor)

LA FÁBULA DEL FUEGO 

Hay un amor tan prohibído
que de mi vértice al Edén 
toda la poesía nocturna se yergue vertical;
Y es que del ancho misterioso de tus ojos 
se desprende insinuante la rima de todos los deseos...

Es el canto gregoriano de la luna,
la profana insinuación de la amapola
que en osado vaivén danza el minué de los suspiros.
Pantomima necesaria 
para despojar de sus estambres la pureza,
en el gineceo más apasionado.

Y se abren los labios de la noche 
en un ruego tan perturbador como infalible...

Y es entonces cuando tomas mi cintura,
y me encajas en el palisandro de los anhelos
para cuajar con mi rosal la sangre encendida de tu aurora.

Y descendemos a los valles de la piel
sin más lecho que una nube de rocío.

Todas las corolas del cielo
nos derraman la belleza prometida, 
la hidromiel de los placeres.

Es la polifonía en Rojo,
la que sintetiza con un "Te amo"
los adverbios infinitos...
Y me acoplas en el caliz soñador
la preciosidad de tus fuentes.
Y otra vez giramos en un vals impetuoso,
la fábula del fuego.

Pareciera que sobra seda en la sábana de las flores 
cuando una ola perfumada
nos sentencia en la orilla de los sentidos.

¡Es el órgasmo del corazón! 
¡La ambrosía de los cuerpos!
que bajo el caleidoscopio de las estrellas
parece un poema de luz.

¡Tan rojo pasión!

Y es que si tú me miras, 
y yo te miro en el bello rey de los instantes 
doy por buenas todas las miserias de mis noches solitarias.

Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇦

ALLÁ EN LOS JARDINES DE TRANSILVANIA





ALLÁ EN LOS JARDINES DE TRANSILVANIA 

Los valles del Cárpatos 
translucen las deudas del alma,
e invocan del revés,
la poesía a su Principado nocturno...

Es la sangre de la luna sobre el desfiladero del Borgo,
la que tiene el sabor de las lágrimas,
y se evapora misteriosa en burbujas de espanto;
Y se cuela por las venas del rosal
hasta florecer en un sueño lúcido, 
más allá de la noche de Walpurgis.

¡No hay gloria bajo su tallo!
Sólo un poema del infierno que te bebes con los ojos...

Visión espeluznante que gotea mil suspiros de vírgenes
en perlas de rojo cristal,
allá en los jardines de Transilvania...

Dan las 12 en los relojes del infinito, 
y te asomas por el corredor de las begonias
como un conde del pasado,
tan infame como seductor;
Y abres la cancela de la angustia 
para romper los capullos de las luciérnagas,
mientras Van Helsing despavorido,
se bate en retirada.

Es el crucigrama del dolor en letras de oro,
el que me rebela el emblema sangriento de Nosferatu...
Pero hay un perfume poético al otro lado de Halloween
que me arrastra sin piedad hasta ti.

Tengo miedo de mirarte,
y caer en la red de todas las miserias...

Las lagunas de aguanieve 
se quiebran en un adagio lamentoso,
mientras una doncella zíngara danza el minueto de Bach;
Tiemblan las ramas del ciprés encantado 
al vuelo del murciélago depredador,
y un toque de campana me recuerda que es noche de difuntos. 

¡Tengo miedo!
Miedo de mirarte,
y caer enredada en tu tela de lujuria, y de silencios... 

Llevas la muerte en los labios...
Y no obstante, no puedo negar tu embrujo,
ese que me lleva a vagar como un fantasma 
por las melancolías profundas del ayer romántico.

Allá en los jardines de Transilvania...

Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇦

OLVIDADOS PERFUMES Un Poco Más Vieja

  OLVIDADOS PERFUMES Un Poco Más Vieja  Olvidados perfumes languidecen este verso cuando me leo; Evanescencia de algún Febrero nupcial  que ...