jueves, 27 de julio de 2023

PINCELADAS Algún Paraíso Infernal

 



PINCELADAS
Algún Paraíso Infernal

Desdibujando la angustia, 
un trazo de lo mundano,
le gaviotea insolente...
¿Para quién se desnuda de añiles y flores 
ahora que sus sueños cumplen condena?
Ha devorado el color de imaginados iris 
en su extravagancia lírica y funesta;
Pero a una pulgada de lo sublime,
se retrae, y se esconde tras el artista.
Del cáliz de algún narciso,
una penumbra del tiempo le cae a los ojos;
Silente, y virginal,
fantasea con la danza de las horas.
Hay tanto enigma en su efigie
que no puedes dejar de mirarla...
Tiene la quietud fabulosa de los oasis,
pero son sus labios lo que centellean lo absoluto.
Algún suplicio interno atardece su sonrisa,
pero en el reino de lo excepcional,
ella parece ser la única.
Enmudecido,  y loco,
él la observa hechizado...
Bebe de su rostro como si proyectase la aurora del arte.
Palpitante, una euforia demencial,
acuarela el caos nocturno;
Su pecho de semi-dios
estalla en un suspiro tan escalofriante como gozoso;
Amor y odio son las dos alas de su mano creadora..
Mano que despega de un olvido infinito
para sobrevolar orillas de rabiosa luz;
Porque pintar es también escapar...
Él lo sabe bien;
Como sabe que está tan vivo como muerto...
Rompe la exaltación cromática, 
ese rayo nefasto que cae de su cerebro,
violeteando su sangre;
Perpendicular, la imposibilidad de lo bello,
le golpea en las entrañas. 
Ella es la roca que ningún agua horada;
pero, ¿qué tiene su faz que parece contraer los latidos del cosmos?
¡Cuantas naves hundidas en ese mar!
¡Cuantos viajes en vano!
Crear también es perder, y morir...
Inyectada, la devastación, en su espíritu, 
aletea una última plegaria a su obra...
Todos los silencios habidos, y por haber,
se concentran en sus pupilas de óleo;
Sin alma, la musa,
retuerce el corazón de su creador hasta romperlo.
En pinceladas de algún paraíso infernal,
se yergue victoriosa, la obra maestra;
mientras, en un rincón de la noche,
la luna tiembla, y llora, su bajada del podium...
Y así fallece el genio a los pies de su amada,
con la pintura del amor cayendo de sus dedos...
Y es que la adoración, a veces,
colma tanto como hiere, y envenena,
las almas de los artistas.

Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇦

 
 

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