¡OH, LA BELLEZA!
Un Palacio De Rocío
Encelada, la flor del espíritu,
en un cierzo oscilante de dudas y desvelos,
carga la cruz del gozo y la sombra.
Precipitado el ocaso en sus párpados,
concilia los extremos de la locura con el hilo de mi sangre;
Anochece,
como anochece el río que la lleva...
Al desguace siempre,
como mi alegría,
se pulveriza cuál lluvia de verano;
Pero es un perfume de amor
lo que la devuelve a ese jardín...
Aciaga, su estrella, ahí arriba,
esculpe un misterio tan brillante como los días;
Danzan los cedros del bosque interior
el minué de las palabras no dichas,
más su corazón ya ha elegido su veneno;
El mío,
El del arte...
Un palacio de rocío
tan transparente como su mirada,
alberga el secreto de su soledad;
Más las espinas del recuerdo
van derribando su tallo, su fe...
Son sus estambres
la hipérbole de alguna luminosidad de ayer;
Más el hollín de las cosas
le ha robado el verdor , la lozanía.
¿Hasta cuando?...
se pregunta la voz de su savia,
¿hasta cuando será la miniatura del infierno?
Afiladas, y sangrientas,
las uñas de su dolor,
le arrancan a la noche,
el corazón...
En cresscendo, y rosa,
se yergue perdedora o triunfal,
para los ojos de mis letras,
¡oh, la belleza!
Yolanda García Vázquez
Lira Perfumada D@R 🇪🇦