LIRA PIADOSA
Angustia al cubo
triplicó la soledad;
Murió el color de la palabra,
descarnada la rosa de sus manos...
Él se fue, dejando un profundo
aroma a misterio...
Se lo tragó el hada nieve
a costa de mis lágrimas...
A dos pulgadas de su olvido,
tiemblo cual hoja llorosa
de su rama desprendida...
Al escapulario del tormento
abriré mis venas enamoradas
para cuajar de piedad,
los postigos de su luna.
No veré más la luz
que de mi lluvia traspasó su sueño,
ni contaré las perlas de su estrofa,
desteñida en silencio,
la sangre del amor...
Tengo prendida a los labios
una gota de su noche;
Salmo que encendió mi alma
para locura de sus ojos...
Se teñirá la lira piadosa
con el rojo del pensamiento,
y no tendré más agua
en los dedos que su nombre...
Lloraré su nada en las ruinas del tiempo,
ebria de su vino melancólico,
para caer manchada de él
sobre el gran crepúsculo.
Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇦
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