PONIENTE
(Yunque y Martillo)
Hilos de fulgídas perseidas
caían por el boquete del tiempo
con gregoriano compás...
Mis dedos rasgaban la melancolía nocturna
con tal languidez que el ojo de la vida
lagrimeaba el multicolor ayer.
Y a pesar del repudio amoroso,
la quintaesencia de los horrores
traslucía la inspiración poética...
Yunque y martillo
filosofaban en el nacimiento de las horas.
Hacía calor, mucha calor;
Y...
Al otro lado de la sombra vibraba un poco de luz,
pero era el miedo lo que sostenía mi alma.
Efluvios de acuareladas decadencias
revelaban el embellecedor del olvido,
pero abreviando el reverso existencial
se me llenó el silencio de silencios...
Y es que era tan grande mi tormento,
tan devastador el solárium de los instantes,
que en un alarde de clarividencia artística
expandí el holograma de las penumbras al éter...
Encajaron los ejes de bíblicos mediodías
sobre el clavichembalo perturbador de mi angustia,
elevando el destello de una corchea romántica
al imperio de las fantasmales ausencias.
Ceremonia inconmensurable
de un Atrapasueños sentimental...
Y es que era tan colosal el poniente de ideas,
tan intolerable el pleamar de mi sangre,
que en el espejo de una lágrima me eternizé.
Epifanía memorial que en gótico minueto
evocaba la capitulación de la belleza,
la plenitud de todo lo sagrado.
Yunque y martillo
en su acostumbraba disertación...
Renegué pomposamente de las musas
y de su filantropía engañosa...
- pero era el miedo lo que sostenía mi alma. -
Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇦
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