LILIUM CANDIDUM Bailo Para Ti

 

LILIUM CANDIDUM

Bailo Para Ti

Al precipitarse el Azul en salto nocturno,

las corcheas del ayer son como lágrimas...

Pareciera que el alma se me hace añicos,

más la red del amor evita mi desastre...

Caledonia en llamas se asemeja al paraíso, 

en este minueto inflamado de congojas;

Holgado de silencio, el adiós de las palabras, 

hilvana otra marchitez en mi costado;

Pero hay un hedor entre los escombros del día

que anuncia nuevo verso.

Lilium candidum de "tempo sostenuto"

evapora en mi piel el llanto de las horas...

Más Debussy perpetúa mi onnubilación romántica

bajo su sonata de penumbras. 

Hegemonía del violonchelo arrinconado,

que en el solsticio de tu mirada de rey,

levanta Islas de luz a mi naufragio. 

Más la Rosa de Siria,

esa que me presta sus perfumes cuando te escribo, 

está exhalando otra debacle.

Debe amar más la sangre de mis letras que su vida...

Embellecida la bruma onírica en alguna epifanía solar,

emula un tono de cine antiguo,

y fulgente lapislázuli,

pero San Valentín al acecho, me confunde;

Ese siempre lo hace...

Van cayendo los retales empobrecidos del anochecer 

al costurero de mi desencanto..

¡Sabe Dios cuantos castillos se han desmoronado!

Pero, desnuda el alma, bailo para ti...

Y aunque la acuarela de nenúfares idílicos

cristalice la gran ternura en la orilla de tus ojos,

yo sé que no has de mirarme.

Neblina de tu aliento fantasmal

emulará quizá el vaho de las musas, 

cuando me quede sin sueños...

Y en la cicatriz de mi desventura,

un resplandor ambarino recordará que una vez fui promesa;

Y se reirán de mí las hadas de los cuentos,

y aquel que yo imaginé que eras...

Tendré que inventarte de nuevo,

y esculpir tu belleza en la pérgola de mis insomnios;

A ver si consigo alguna vez el plié maestro de lo sublime,

aunque se mueran de olvido las últimas flores del corazón.

Liturgia de evanescencias góticas,

que ungirá de lirismo mis pies descalzos,

me llevará a morir como Paulova en la laguna de tu desprecio.

Aunque siempre habrá lilas frescas,

y gardenias, y lavandas,

en el altar de tu nombre impronunciable;

Ese que a escondidas susurran mis encendidos labios

al evocar la esplendidez triunfadora de tu voz.

Yolanda García Vázquez

D@R 🇪🇦