LAPISLÁZULI
Las Llamas Del Escarmiento
Silencio que anochece,
barroco, y funerario
en el cansancio converso de mi voz,
hostiga los lánguidos perfumes...
Más la congoja sublima la lluvia,
que cotejada en mi pluma
refresca el poema,
y las penumbras violáceas de un latido de luz.
No tenía la mas remota posibilidad
de saldar mi deuda con la tristeza,
Y aún así me aventuré a buscar la risa de una lágrima...
Exhalación angustiosa, y delirante,
que me enhebró a lo fantasmal,
cual espectro de letras e ideas...
Escalofriante, y lapislázuli,
el templo nocturno,
se irguió inspirador en mi desvelo gótico,
cual playa de brumas, y olvidos...
Más mi sangre, toda,
evaporó el agua del alma
en el cristal ópaco de la memoria escrita...
Plúmbea la sombra de un suspiro
en una liturgia de disonancias antiguas,
se asemejó a un río de sueños;
De esos que se secaron antes del despertar...
Más ese derroche de amapolas en celo,
y lunáticas abejas, sin colmena,
hormigueó en la piel de las palabras
emulando un colapso floral;
Pero solo fue otro lirismo más,
u otro invento del ego para confundirme,
y exiliarme de la calma.
Descorchada la magia del espumoso instante,
se desvaneció el sol de aquel cielo,
rompiendo todas las auroras del Amor.
Aprendí que la belleza es otro espejismo;
Al igual que la fiebre creativa
cuando el rayo de lo fabuloso revela mis estigmas,
y me arrastra a su caos;
Diamante al rojo vivo de mi soledad
que desvela sus resplandores en el punto más insufrible.
Asi que no borres mi negritud,
y estas exequias sentimentales,
por favor,
que este infierno me pertenece,
y es solo mío,
con todas las llamas del escarmiento,
y con todos sus lánguidos perfumes.
Yolanda García Vázquez
Lira Perfumada D@R 🇪🇸
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