LA SEDA DE LAS MELODÍAS
Ninguna rosa huele a tristeza,
más mi dolor es un valle de secretos
que ensalza el perfume del mundo.
Tengo la seda de las melodías,
los anhelos del apasionado carmín,
y he bajado al sagrario de tu soledad
para enaltecer la sangre de todas las lunas.
Noche de fragancias... ¡Roja avidez!
Que en mi terciopelo puede fruncir
el clavel espumoso de tu boca.
Hay una pena desnuda,
y un sudor de ideas que no consigo rimar,
más el satén de tus ojos me sigue poetizando.
¿Será el canesú nocturno
el que almidona de deseo
las magnolias olvidadas,
o es el arpegio de tu voz
el que agudiza mis temblores?
Tengo el afán romántico
de las abejas en mi cintura,
la piel encendida del opalo multicolor,
y por un latido tuyo,
los misterios del Parnaso deshojara.
¡Oh, mi Odin de las leyendas nórdicas!
Coleccionista de poemas y fábulas,
besa mi lírica penumbra,
como si el borde de tus labios
dibujara mil sueños de amor.
Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇦
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