LA ESCARCHA DEL CORAZÓN
Ya el dolor se hace poema,
no sin antes licuarse en tinta tóxica
con cada una de mis lágrimas.
Hay letras de luz asomándose a mi espíritu,
en silentes anocheceres
de estrofas majestuosas...
Pero hay muchas lagunas de tristeza
entre los espacios no leídos;
Penumbras que trato que no veáis,
para seguir exhalando sueños,
y vahos lunares,
al filo del eterno adiós...
Son los puntos finales de mi vida
que no me dejan escribirme ante tus ojos,
pues la siega ha llegado a la palabra
con su hoz de cruenta soledad.
Una angustia inconmensurable me devora,
me encarniza el sentimiento,
me atormenta, me deja a la intemperie,
como una mariposa frente a la llama,
en perpetuo sacrificio.
Es el aguanieve de los años
que se cristaliza en eternas ausencias
a falta de tu iris inspirador.
Ya mi sangre no echa vivas flores
al sediento abecedario,
que fue no más ayer,
de nuestras musas, su jardín...
Es la escarcha del corazón
que me está dejando en los escombros,
con las metáforas boca arriba,
por no tener donde reposar tanto desaliento.
No me llega el aire para soñar;
Me atasco en tu indiferencia.
Siento que muero, y muero...
Y es que hace tiempo que quedé
sepultada bajo el gran olvido.
No son lágrimas de amor
lo que derraman mis versos al embrujo nocturnal;
Es el suicidio de mi primavera,
y la expulsión de los vergeles de tu alma.
Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇦
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