ESTE LECHO DE OFELIA
Sobre la lápida del ayer
cualquier insomnio aulla;
Caen las medianoches de lunas heridas
al pecho que aún me huele a poema...
Descoyuntado el fémur del tiempo
de su memorable calavera,
se hace añicos la delicada fantasía.
Tiemblan los iris de alguna flor
en lagrimal ausencia
y bajo el sudario de sombras,
un sauce de sueños se hace lluvia...
A veces me conjugo a lo absurdo
y bajo al desfiladero del Todo
a reinventar la Nada;
Ficción discontinua que me proyecta a lo divino
en eufórico vuelo...
Mas un crespón de noches en mi nuca
va derramando risa muerta tras de mí.
Tengo los crisantemos listos
para el funeral del amor;
Pero hay una semilla que no deja de crecer...
Y es que mis desvelos
son como fuentes de un jardín de letras.
Paranoia poética que me confunde
y me catapulta a un infierno de suspiros;
Y es que la araña del presente
se descuelga carnivora sobre este lecho de Ofelia.
¡Oh! ¿hasta cuándo seré el cero de una división imposible?
Solo sé que ante el espejo de la realidad,
la vida es una furcia sin maquillaje.
Mientras se diluye en café la melancolía espumosa,
un adiós de gaviotas entre mis manos,
va despidiéndo a otro que no eres tú.
Yolanda García Vázquez
D@R 🇪🇸
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