domingo, 13 de febrero de 2022

UN NO QUE ME PERSIGUE



UN NO QUE ME PERSIGUE 

Al diamante líquido 
que resplandece la flor oscura 
daré el soneto de sus ojos por ofrenda;
Para morderme el alma,
VIDA, ¡solo necesitas un recuerdo!

Mozart y su Ave Verum
suavizan este dolor de letras, 
este acecho secular de un NO que me persigue; 
Columpiado en partitura sacra
el grito de mi herida se enmudece...
Pero este cansancio de hojas muertas,
este aguacero de melancolías,
¿sabrán de anhelos adyacentes 
a los nenúfares olvidados de mi piel?
Petirrojo desorientado de mi soledad
busca tu nombre como a la salvación.

Toda yo caigo en mí...

Y aunque ya di todo por perdido 
en una rima de Bécquer sé que me salvaré...

Y allí al otro lado de la alegría 
donde mi pluma nunca llega,
una nana de suspiros
consuela la orfandad de la tarde
con escrupulosa beatitud;
Son las harpas de Melusina 
acariciando el poema que fui...
A contraluz de la muerte 
los paraísos de Borodin se balancean.

Y aquí con mis ansiedades a cuestas 
desciendo la escalinata de los sueños 
con el peso de un NO que me persigue...

Huesos del camposanto del ayer
¿adónde fueron a parar la mentira de la carne,
la fraudulentas ilusiones?
pero, ¿verdad que os pesó más la verdad? 

Deambulo este final de piedras secas 
mientras se yergue misteriosa 
la fantasía del crepúsculo; 
Un quijote de espuma me llama...

Para alivio de mis fantasmas,
en laguna de silencios crea el amor
su holograma de encantos;
Y me zambullo en sus aguas multicolores 
a ver si doy con la joya más bella del verso nocturno;
Pero doy de bruces con ese NO que me persigue...
Y toda yo desemboco en mí.

Para morderme el alma,
VIDA, solo necesitas un recuerdo...

Aunque otra vez al plenilunio del manzano podrido 
darán las enaguas del cielo una seda de liras en flor.

Yolanda García Vázquez 
España 
D@R

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